Cuando Dios te quita algo de tus manos no te esta castigando, solo esta abriéndote las manos para que recibas algo mejor.
El poder de Dios nunca te llevará donde la gracia de Dios no te pueda proteger. Algo bueno te pasará, algo que tú estabas esperando; por favor, no te des por vencido.
Que hoy reine la paz .
Que confíes en Dios en que estás exactamente donde tienes que estar.
Que no olvides las infinitas posibilidades que nacen de la fe.
Que utilices aquellos dones que has recibido, y que compartas el amor que te ha
sido dado. Que estés contento de saber que eres un hijo de Dios. Deja que esta
presencia se asiente en tus huesos y le permita a tu alma la libertad de cantar,
bailar, orar y amar. Existe aquí para todos y cada uno de nosotros.