Cuando un hombre y una mujer se encuentran y se eligen mutuamente, se aproximan y comienzan un camino de conocimiento del otro y de su propia interioridad en relación al otro. Primero descubrirán a través de la mirada, mas tarde vendrá las caricias cálidas e intimas como forma de aproximación y conocimiento.
En este encuentro, el otro puede aparecer en la experiencia de la mirada como un obstáculo que desembocara en un conflicto o como un puentes para el intercambio. El otro , lejos de estar frente a mí como un limite, como un muro, puede ser una ampliación, un puente hacia la más profunda revelación de lo que soy.
Por eso suelen decir los poetas " EL AMOR ILUMINA A LOS HOMBRES SOBRE SI MISMOS".
Juan Carlos P.