Una amistad no se puede basar en reclamos y resentimientos
del pasado. Somos luz y pareciera que nos empeñamos en vivir en la oscuridad.
Renuncio
“Renuncio a darle vueltas y más vueltas a los viejos problemas. Me niego a seguir viviendo en el pasado. Me perdono por haber llevado esa carga durante tanto tiempo, por no haber sabido amarme a mí ni amar a los demás.
Cada persona es responsable de su comportamiento, y lo que da, la vida se lo devuelve. Así pues, no necesito castigar a nadie, todos estamos sometidos a las leyes de nuestra propia conciencia, yo también. Continúo con mi trabajo de limpiar las partes negativas de mi mente y dar entrada al amor. Entonces me curo.
No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el destino.”
Cada persona es responsable de su comportamiento, y lo que da, la vida se lo devuelve. Así pues, no necesito castigar a nadie, todos estamos sometidos a las leyes de nuestra propia conciencia, yo también. Continúo con mi trabajo de limpiar las partes negativas de mi mente y dar entrada al amor. Entonces me curo.
No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el destino.”
AMAR
Amar. Amar es lo que te ofrece regocijos y satisfacciones. ¿Pero qué es para ti amar?
Ojalá sea estar en Dios y, con su luz, aceptar, comprender, darte y dar, respetar y ser transparente.
Si de verdad amas entras al íntimo ser del ser amado, lo envuelves con tu luz y ves allí al mismo Dios.
En un mundo tan superficial tienes que entrar al espacio de las esencias y trascender.
Si amas no te quedas en los cuerpos, vás más allá de lo vano y lo material y llegas al alma.
Amar no es transitar por caminos fáciles porque el amor pide entrega y renuncias.
Cuestiona tu capacidad de amar y esmérate por pulirte y ser un amante verdadero, no un novato que hace sufrir.
Al partir lo único que contará es cuánto y cómo amaste. Recuerda que amor es la consciencia de Dios en ti.
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