Sueños e ilusiones
Muchos viven dormidos, otros soñando y tan sólo unos pocos, hacen posible
una realidad soportable.
Los sueños sucumben a la opinión de los que no los tienen.
No hay sueños imposibles para aquellos que ignoran los consejos de los
incrédulos.
Quien no cree en tus sueños te hará desistir.
¿Quieres vivir tus sueños? Trabaja en ellos sin que te importe lo que los
demás opinen. Al fin y al cabo, son tus sueños, no los suyos.
Tú eres lo único que realmente se interpone entre tus sueños y su
consecución.
Es la impaciencia la nos hace abandonar nuestros sueños cuando surge la
más pequeña dificultad.
Aunque mis sueños se desvanezcan en un instante, nunca dejaré de soñar.
No estoy acabado. Aún me quedan sueños.
Sigue tus sueños sin temor a errar,
nutre tu ilusión sin abandonar,
perder no tienes si no que ganar
la felicidad en tu caminar.
Este no es un sueño para soñarlo, si no para vivirlo. Es mejor vivir un sueño
que soñar una vida.
Los sueños existen por un propósito: ser cumplidos.
Los sueños que se cumplen son aquellos que se gestan con los ojos abiertos.
Entre soñar tu vida y vivir tus sueños está el creer y actuar.
Es hermoso tener sueños, pero más aún vivirlos.
Triste es la vida del que no sueña. Amarga la del que no puede vivir sus
sueños. Plena la del que los cumple y vuelve a soñar.
Los sueños son el elixir de la eterna juventud. Quien de ellos se alimente,
quien los realice, quien los viva... nunca envejecerá.
Los sueños te dan el objetivo, la inteligencia el medio de trazar un plan, y
la actitud la fuerza para conseguirlo.
La voluntad es la brújula que conduce a la posibilidad de realizar tus sueños.
Los sueños y las ilusiones son el combustible del alma.
Nunca dejes de soñar, pero menos aún de materializar y vivir tus sueños.
Prefiero soñar con lo imposible que resignarme solo a lo posible.
La juventud no se pierde con las arrugas del rostro, si no por los sueños que
te dejan dormir.
Nunca fui tan pobre como cuando perdí la ilusión.
Prefiero vivir de ilusiones que tener un alma seca y vacía.
Que la ilusión de nuevas metas no te hagan abandonar las empresas en
curso.
Los ilusos tienen más posibilidades de éxito, pues siempre avanzan con la
esperanza y el objetivo de ganar, mientras al resto le frena la prudencia.