09 Diciembre 2012


La muerte de otra persona en cualquier situación y de manera inevitable te hace reflexionar sobre tu propia muerte, en lo efímero de nuestra existencia y en que debemos estar preparados a diario porque no sabemos cuando nos vamos. Lo único cierto es que estamos de paso en este mundo y no habrá tiempo para arrepentirnos. Por eso es muy importante estar bien con todas las personas, en especial con los seres que amamos, la familia, los amigos; si no es posible de manera expresa física/verbal, si en nuestro interior perdonarnos y liberar. Debemos dar todos los abrazos, besos, palabras, muestras de afecto que sintamos, no quedarnos con ganas de nada. Mas vale haber vivido sin miedo, con actitud positiva y disfrutando nuestro día a día. Al final nuestra única OBLIGACIÓN  es ser inmensamente felices.