La inversión más segura: el amor
El hombre hace del amor egoísta y doloroso, del mismo modo que condena
al libre y feliz ruiseñor a morir entre barrotes.
Amor ciego es amar a quien te ignora o te humilla. Mil veces tropezarás
hasta ya no puedas levantarte.
A veces es necesario sacrificar lo que amas por eso: porque lo amas.
Lo amo, y por esa razón, he de desprenderme de ello: para no perjudicarlo.
Nadie te estimará más que tú. Nadie te querrá más que tú. Tú dispones del
mínimo de amor que puede llenar tu vida.
¿Una inversión segura para toda la vida? El amor.
Ama con el corazón, pero gobiérnalo con el cerebro.
Ama sin límites, y serás feliz sin límites.
Llena de amor cualquier instante, y acertarás.
No hay distancias para un alma que ama.
No hay pobreza en una mesa llena de amor.
En todo lo que se emprende con amor, tiene como resultado la felicidad.
El amor no se puede describir, porque cada uno lo siente de distinta
manera.
Esa experiencia única y personal nos hace comprender el amor sin
necesidad de las palabras.
El amor verdadero es aquel que acepta lo que sea por la felicidad de aquello
por lo que se ama, aquel por el que uno mismo es feliz si el otro, del modo
que sea, con quien sea, donde sea y como sea, es también feliz.
Al amor le ocurre lo que al agua: si se estanca se pudre.
La felicidad nace del amor que uno mismo regala desinteresadamente a los
demás. Ese amor es el agua que sacia la sed de los necesitados, que hace
crecer el espíritu débil.